Cuando se deshace el nudo: El poder silencioso de la resolución de conflictos


Vivimos en la Tierra para desarrollarnos y evolucionar. No existen dos personas exactamente iguales. Cada ser humano es único, con sus propias sensaciones, pensamientos y experiencias. Al convivir con otras personas – nuestros semejantes – surgen inevitables fricciones. Y eso es algo bueno. La fricción estimula el espíritu. Nos pone en movimiento. Es la chispa que enciende el desarrollo.

Así es como nacen los conflictos – inevitables, pero profundamente significativos. Porque el verdadero propósito de todo conflicto no es el enfrentamiento, sino su resolución. No es la separación, sino el aprendizaje. Cada conflicto es una invitación a ver algo que estaba oculto.

A veces comienza muy sutilmente. No hay una discusión, ni una pelea. Solo una sensación en el estómago al pensar en cierta persona. O un destello de irritación al recibir un mensaje que, en apariencia, no dice nada especial. Así empiezan los conflictos internos. Suaves, invisibles. Y sin embargo actúan – como una pequeña grieta que se extiende si no le prestamos atención.

De hecho, muchas enfermedades físicas están vinculadas a conflictos emocionales o espirituales profundamente arraigados. A menudo han sido reprimidos durante años, incluso generaciones. El cuerpo expresa lo que el alma no ha podido decir. Estas tensiones inconscientes siguen operando – en el sistema nervioso, en el cuerpo, en los órganos, en el estado de ánimo. Pero cuando estos conflictos se llevan a la conciencia con suavidad y sin juicio, y se reconocen y expresan, pueden desencadenar cadenas de sanación profundas. Es como si se abriera una cerradura interior – y lo que estaba bloqueado finalmente empieza a fluir.

El camino hacia la resolución no empieza con el otro, sino dentro de nosotros. En ese instante de silencio en el que decidimos mirar hacia adentro. Allí entra el Focusing, desarrollado por el profesor Eugene Gendlin. Esta técnica permite dar espacio a esa sensación difusa, el “sentido sentido”, esa percepción corporal que sabe más que la mente. Al ponerle palabras a esa experiencia, surge claridad. El nudo empieza a deshacerse.

Lo que sana por dentro, sana también por fuera. Una y otra vez lo observamos: cuando algo es reconocido, dicho o perdonado, la energía vuelve a fluir. Los síntomas se alivian. El sueño mejora. Las relaciones se relajan. A veces, una sola pregunta puede iniciar el proceso: “¿Qué parte de mí no tiene voz ahora, pero necesita ser escuchada?”

Para coaches, terapeutas y quienes trabajan en el ámbito de la sanación, esta comprensión es un tesoro. Quien no solo resuelve conflictos, sino que ve en ellos una posibilidad de crecimiento, abre nuevas puertas – para sí y para los demás. No se trata de perfección ni de armonía constante. Se trata de ser auténtico. Claro. Verdadero.

¿Y si dejáramos de ver los conflictos como molestias, y los entendiéramos como impulsos hacia el orden interior? Como espejos que nos invitan a vivir de forma más consciente.

Si este tema resuena contigo, te invitamos a profundizar. La resolución de conflictos es parte esencial de la formación PlusX2, con especial atención en el Focusing – el arte de percibir el proceso interno y acompañarlo con delicadeza hacia la transformación. Esta herramienta es valiosa tanto para el crecimiento personal como para el trabajo con clientes, pacientes o equipos.

Profundiza en tu conocimiento, amplía tu potencial – y descubre cuánta sanación es posible cuando aprendemos a comprender el lenguaje de los conflictos internos y externos.

Contacto: plusx2@pm.me